Una tarde en el MuVIM
El Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad se ubica en el centro de la ciudad junto a la Biblioteca Pública y es visible desde la calle Hospital, Quevedo y Guillem de Castro. Fue construido sobre el solar donde se encontraba el Hospital de los Inocentes , construido en el siglo XV, que fue el primer centro psiquiátrico del mundo y del que se conservan algunos restos arqueológicos expuestos en la plaza que se encuentra delante del museo. Inaugurado en 2001 es uno de los mejores ejemplos de arquitectura contemporánea funcionalista de la ciudad.
El museo es un edificio curioso, y sus exposiciones se reparten de forma casi laberíntica. Para llegar a cada sala hay que bajar por rampas y escaleras o subir con ascensor a otras aturas. La primera vez que lo visitas es habitual no saber dónde estás exactamente o perderse entre las obras.
Merece la pena visitar sus exposiciones permanentes. La Aventura del Saber, concebida como una visita guiada que recorre acontecimientos históricos desde la Edad Media hasta nuestros días, y Valencia según el Pare Tosca, una maqueta de cómo era la ciudad en 1704 basada en los planos del arquitecto valenciano Tomás Vicente Tosca.
Las exposiciones temporales son igual de interesantes. Hasta el mes de febrero hemos podido disfrutar de Messa, palpitaciones i art gandul. Esta exposición es un recorrido por la trayectoria artística de Francesc Sempere Fernández de Mesa. Una recreación de su casa-taller en Albaida en la que encontramos todo tipo de objetos viejos, inútiles y absurdos. Allí el artista definió su estilo experimental, influido por el dadaísmo y el art-brut. La ironía, el erotismo o la irreverencia son una constante en su obra.
